Esta vez, con la exposición de Richard McDonald, han conseguido volver a sorprenderme, excitarme y remover ese espíritu creativo que llevo dentro y que espera ser despertado por estímulos caprichosos. Sabía que pasaría y no me equivoqué.
La plasticidad de la obra de Richard McDonald y la fuerza de sus composiciones fácilmente te sobrecogen y te transportan a ese instante que el autor ha sido capaz de capturar. Poco puedo decir más que animaros a todos a que visitéis una de las mejores exposiciones monográficas que he disfrutado hasta el momento.
EXPO: "Los primeros 25 de Richard MacDonald"

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